martes, 8 de diciembre de 2009

Radio comunitaria


Las radio bocinas parlantes se han convertido en una alternativa de comunicación propia para las comunidades del estado de Morelos. Para Marco Antonio Tafolla Soriano, promotor cultural y corridista de Xoxocotla, Radio Xokotl es el ejercicio de un derecho, una forma de dar cauce al desarrollo de la identidad indígena, y un elemento de recuperación de los territorios culturales.

Radio Xokotl, identidad

indígena en desarrollo


Por Juan Pablo Picazo, para Revista Zócalo


En Xoxocotla, Morelos, el día comienza por ahí de las cuatro de la mañana. La mayoría de sus habitantes son indígenas que tienen en alta estima su lengua, sus costumbres y su amor por la tierra. Históricamente han protagonizado luchas diversas por la defensa de su trabajo y sus recursos naturales, y como consecuencia de ello, han visto sus calles invadidas por la fuerza pública y sus ciudadanos detenidos en más de una ocasión.


Marco Antonio Tafolla Soriano, promotor cultural, corridista y uno de los impulsores de Radio Xokotl, afirma: —Somos indígenas de este tiempo: aprendemos cosas nuevas y nos apropiamos de las nuevas tecnologías. Rompimos con la idea del estancamiento, aunque conservamos el arraigo y la identidad, que ejercemos en plena evolución. Así, los jóvenes del pueblo encontraron en el proyecto de la radio bocina comunitaria, una alternativa distinta a las que siempre han tenido en los partidos políticos y las religiones.


LA RADIO BOCINA EN ACCIÓN


A las seis de la mañana la radio bocina parlante de Xoxocotla se integra a las actividades diarias del pueblo con el triple llamado de un caracol y el Himno Nacional Mexicano en náhuatl, como inicio de sus transmisiones. Luego viene la imagen de la estación: Radio Xókotl, donde se siembra la esperanza y nunca se seca…


“Le pusimos Radio Xokotl —explica Tafolla— con un slogan que dice: Donde se siembra la esperanza y nunca se seca, aludiendo a la idea de que nosotros somos ciruelos agrios, pues eso es lo que significa el nombre del pueblo, y además destaca por la característica de los ciruelos, que en tiempos de secas florecen y dan frutos, por eso hablamos de la esperanza. Todo esto alude a nuestra identidad, pues la gente del pueblo cuando sale, a la pregunta sobre su lugar de residencia, responde: — “Yo soy un ciruelo”, en lugar de responder “Soy de Xoxocotla.”


Radio Xokotl transmite de lunes a viernes y de seis a ocho de la mañana. Lanza al aire dos o tres programas cada día con diferentes locutores y aborda temas diversos de interés comunitario, como lo fue la influenza durante la emergencia sanitaria, así como el dengue y las infecciones gastrointestinales que habitualmente minan la salud de la comarca. En su programación participan varias organizaciones sociales como Alcohólicos Anónimos y las sociedades de padres de familia de las escuelas locales, por ejemplo.


Comenta Marco Antonio Tafolla: —También se hacen programas para jóvenes y programas culturales orientados sobre todo, a recuperar la lengua náhuatl y al impulso de las fiestas tradicionales de la región. Es una cantidad enorme de información que se necesita dar en dos horas diarias.


La radio bocina tiene un alcance importante, sobrepasa la esfera inmediata de su ubicación en el centro del pueblo. Se escucha en muchos de sus barrios y colonias, y cuando el aire le favorece, añade tafolla, incluso puede escucharse hasta San José Vista Hermosa.


Esta experiencia de radio comunitaria ha pasado de la mera transmisión de sus programas a completar el ciclo de la comunicación mediante mensajes que los escuchas envían a la cabina con un propio o vía celular; la mayoría de ellos contienen preguntas sobre los temas que se están tratando al aire, aunque también llegan otros con propuestas específicas para la producción de programas especiales como es el caso de la recuperación de la memoria histórica de las luchas del pueblo en décadas anteriores, como la librada por los productores de cacahuate, a quienes en la práctica se obligaba a vender toda su producción a la empresa Mafer.


“La radio bocina se está arraigando —dice Tafolla—, y está generando un espacio en el cual la gente pasa de auditorio a protagonista, tanto que en sus últimas sesiones, el Consejo Ciudadano de la radio busca mecanismos para hacer más representativo aún el medio a través de su programación.


HISTORIA MÍNIMA


Para la gente de Xoxocotla la idea de tener su propia radiodifusora es muy natural porque es inherente a sus derechos fundamentales. Marco Tafolla lo explica así: —Yo, como individuo, tengo derecho a asociarme, y esa sociedad a la que pertenezco, es Xoxocotla, que tiene derechos como pueblo. Uno de ellos es tener un medio propio y por ello hemos roto también con la idea de que lograrlo cuesta mucho dinero.


Esa misma lógica es la que les ha llevado como pueblo y como organización, a pensar y exponer públicamente que los medios audiovisuales de la Dirección de Radio y Televisión del Congreso del Estado (antes Sistema Morelense de Radio y Televisión) deben liberarse del Poder Legislativo sin regresar a la tutela del Ejecutivo —que conserva la titularidad de los permisos— sino que al final deberán convertirse en un organismo ciudadano.


Marco Tafolla es uno de los iniciadores de Radio Xokotl, proyecto sobre el que la gente de Xoxocotla ha tenido inquietud durante años, desde que se impulsaba el proyecto de promoción cultural, Xoxocoltecáyotl. Cuenta: “Te hablo de los años noventa, entonces había la posibilidad, no sé exactamente por qué, de iniciar con la radio. La idea era hacer una estación bilingüe y nos decían que debíamos tener locutores que hablaran náhuatl y al tomar conciencia de dicha necesidad, comenzamos con la enseñanza del náhuatl y entonces nace la Academia de la Lengua Náhuatl Xitlatoca, que no se quedó en la enseñanza de la lengua sino en la creación de lo que después llamamos la propuesta indígena sobre educación.”


Luego el grupo promotor tomó conciencia de otras necesidades: la renta de un estudio de grabación, la capacitación de los operadores y los locutores entre otras, para lo que se necesitaba dinero; no obstante, dispuestos a conservar su independencia, se dispusieron a crearlo todo, para 2003 el proyecto se suspende, pero la inquietud de realizarlo no.


La radio bocina fue una idea derivada, en principio estaba pensada para funcionar durante la semana cultural que se celebra cada octubre; sin embargo, Tafolla Soriano comenzó a hacer radio en la Dirección de Radio y TV del Congreso en el programa del Centro de Encuentros y Diálogos, donde el pueblo comenzó a comunicar sus temas, como el conflicto por el agua potable cuando todavía no explotaba el caso de los trece pueblos.


La radio bocina inició sus transmisiones por entonces, aunque de modo tímido e intermitente, para cubrir la necesidad de informar a la población sobre la evolución del conflicto; aún faltaba conjuntar el equipo. El músico y promotor cultural narra: “Después de los enfrentamientos en Xoxocotla en octubre de 2008, hubo una reunión del frente estatal contra la represión, y en ella volvimos a encontrarnos quienes hacíamos la radio con otras personas que tenían la inquietud de participar, entonces planteamos la necesidad de retomar el proyecto de modo formal.”


Finalmente, Radio Xokotl fue dotada de un Consejo Ciudadano que cambia anualmente como autoridad máxima y cuya misión es mantener el carácter democrático y ciudadano del medio e impedir que un solo grupo se apodere de él. Los ciruelos humanos de Xoxocotla esperan que este organismo haga escuela y defina políticas de comunicación en su propio beneficio.


LA RED SOCIAL EN INTERNET


La radio bocina es un elemento de recuperación de los territorios culturales, dice Marco Tafolla. Por eso la necesidad de formar una red social en torno a ella y llevarla al ciberespacio. Explica: “Curiosamente en Xoxocotla la mayoría de los jóvenes estudian sistemas computacionales, y una cosa muy interesante es que —lo veíamos primero como estrategia, pero lo estamos viendo después como una forma potenciadora— los jóvenes que pertenecen al Consejo Ciudadano de la radio, ya trabajan en el diseño de automatizaciones con Linux para dicho medio.


Otras razones que tuvieron para entrar al ciberespacio fue la de acercar a los jóvenes al proyecto y formar nuevos cuadros. La mayoría de quienes se han integrado, son egresados del Centro de Promoción Cultural de la propia comunidad.


En el portal electrónico de Radio Xokotl (http://radioxokotl.ning.com/), de acuerdo con Marco Tafolla, se observa diariamente un flujo de visitas de al menos 15 países, la mayoría de los cuales son sudamericanos y uno que otro europeo. En dicha red social se mantienen en contacto otras radios ciudadanas y comunitarias así como músicos independientes con los que se realiza un constante intercambio de audios, programas y otros documentos sonoros.


“A largo plazo se quiere transmitir en línea y en tiempo real. Por lo pronto se desarrollan bien los procesos: se va conformando la estructura organizativa comunitaria en la que se integran los jóvenes, estrategias de recaudación de fondos para ir obteniendo equipo y nuestro propio espacio. Nosotros vemos en el futuro una estación de radio digital y analógica.”


martes, 1 de diciembre de 2009

La vida en el envés

La viandante

Por Saulo Tertius

Por supuesto que siento el horror derramándose en mis venas como lo demanda el caso. Cuando una situación así se avecina, Luna’la siempre me gana el paso con el pelo erizado y las garras y las fauces bien dispuestas para el combate, esta vez no. Mi daemonium se oculta detrás de mí encogiéndose tanto como puede. Entonces la veo.

Está sentada en una mesa apartada del café en que suelo almorzar, desde que decidí retar al Estado Citlalteca paseándome a descubierto por el centro de su capital pese a ser un hombre marcado por todas sus milicias y cuerpos policiacos. Está ahí con una boina estilo francés sobre su recortado pelo, la camiseta de algodón, y unos shorts llenos de bolsillos como de niña exploradora. Me mira con inocencia. Luna’la gruñe detrás de mí.

No todos los días conoces al diablo.

Cualquier otro pudo haber caído de inmediato en la trampa de sus ojos dulces, verdes y luminiscentes; de su grácil figura de muchacha recién entrada en la edad adulta; de esa voz juvenil y esa ropa desenfadada. Yo no. Bajo esa atezada piel se escondía un alma vieja y desencantada, una voluntad fuerte y poderosa, una mujer que ha combatido contra hombres y arcángeles por igual

Lucas me había hablado de ella alguna vez cuando, siguiendo la pista de un oscuro libro, atravesó las puertas y se topó conmigo. Terminé poniéndolo en el rastro correcto, de manera que regresó a su propio mundo buscando siempre el modo de consultarme para conseguir volúmenes que aquí se tienen por mero papel impreso y que de donde viene se pagan a precio de oro y son llamados incunables. Yo poseo muchos de ellos y guardo otros que no deben ser visitados por ningunos ojos nunca más.

Se levanta y me saluda con hastío. Pregunta por Cihuanicté y sonríe de lado al inquirir si sé algo sobre la salud de Lobo Zacppai. Me siento amenazado y tengo el cuerpo tenso, como listo para embestir, ella debe entender mi pensamiento porque dice: — No tendrías oportunidad. Deja eso que vengo en son de paz.

Levanta su mochila y esparce algunos volúmenes delante de mí. Observo los títulos y sé de qué se trata: todos hablan del diablo. La observo y antes de que pregunte, me dice: –Hago limpieza, borro los caminos, cierro las puertas. Escucha Saulo, es menester que guardes los libros. Los tiempos se acaban, los plazos se cumplen, es tiempo de tomar partido y no todos los hijos de la primera rebelión pelearemos en el mismo bando durante la guerra que viene.

Casi no la entiendo, habla mezclando los idiomas que ha aprendido desde el principio de los tiempos. Le explico con calma que he dejado momentáneamente el exilio, que la biblioteca secreta está lejos, que no puedo ir y venir tan fácilmente a San Manatí.

Ella asiente y ordena: – Busca a Cihuanicté, ella sabe lo que debe hacerse, es tiempo de enfrentar a Lobo Zacppai o seguirás siendo apenas un medio brujo. Sus palabras me hielan y confunden, deseo demandarle una explicación y me amarra la lengua con un gesto. Se marcha, Luna’la permanece echada a mis pies, como vencida.